Julio Varela.-
A lo largo del tiempo ciertos temas relacionados a la educación cobran importancia para la sociedad y se vuelven durante tiempos relativamente cortos el centro de la atención. En este caso, se trata de la evaluación y la prueba de ENLACE.
Para los estudiosos del fenómeno educativo, todos sus elementos son importantes y sería muy difícil argumentar y mantener que uno o algunos aspectos son los más importantes. Esto depende muchas veces de la especialidad, nivel de análisis, interés y experiencia. La evaluación que puede definirse como la estimación de uno a más aspectos de algo, implica contar con un sistema de medición. Aunque muchas diferencias se observan en la literatura, podría existir cierto consenso en esta definición general.
En forma interesante sabemos que muchas personas y sectores de la sociedad son eventual o permanentemente evaluados. Trátese de niños, jóvenes, adultos e instituciones. Los resultados, pretenden saber cuál es el estado actual de ellos en algún aspecto y con esta base proceder para su mejora. Sin embargo, existen componentes que son evaluados en forma a veces discrecional. Tal es el caso de muchos sindicatos, funcionarios, profesores de educación básica, instituciones y sistema educativo en México.
La evaluación es vista como sistema de control político y eso a muchos no les parece correcto ya que se consideran autónomos y que saben lo que hacen. De ser así, ¿para qué se les evalúa? ¿acaso ocupan cierto lugar sólo por concesión? ¿no están ahí por sus méritos probados? Quien es evaluado supone una duda de su estado, misma que necesita ser conocida. De esta forma, los alumnos, profesores e instituciones que son evaluados con una forma explícita mediante esta acción acreditan tener las características requeridas del momento. Conforme se permanezca, seguirán siendo evaluados para verificar su grado de preparación. Esta forma de considerar la evaluación debería ser una constante para todo individuo e institución.
Por ejemplo, en las universidades, es común la evaluación de alumnos y profesores como forma de permanencia. Paradójicamente las autoridades que solicitan la evaluación, son evaluadas mediante criterios distintos, dependientes muchas veces de la autoridad máxima. Este cambio de sistema puede tener consecuencias poco pertinentes para la superación.
La controversia de autoridades diferentes para evaluar al magisterio de educación básica está a la vista en estos momentos electorales y considerada la evaluación como un tabú, lleva a confrontaciones. El sector más poderoso hará prevalecer su criterio: evaluar o no evaluar.
¿Con qué estás de acuerdo?
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